CAPITULO CLI

Del MOLLE

Hace ya mucho tiempo que fue conducida y trasplantada desde las tierras del Perú a Nueva España y también a la España europea, esta planta que llaman MOLLE. ES un árbol alto, de hermoso aspecto y muy a propósito para adornar los patios de las casas y plazas públicas. Es frondoso y extiende por todos lados sus ramas, verdes con púrpura, con hojas como de olivo, pero mucho más angostas y delgadas, dispuestas en hilera a uno y otro lado y dirigidas oblicuamente hacia el extremo de las ramas, y flores menudas, blancas, en racimos, que después se convierten en fruto verde, como semilla de espino o un poco mayor, y que ya maduro es de color blanco con rojo y encierra un hueso duro revestido por fuera de una membranilla de igual color. Las hojas y el fruto huelen y saben a lentisco y a su goma, pero mezclados con hinojo, por lo que hay tal vez quien lo clasifique entre sus especies, a no ser que se considere planta sui generis; su sabor es acre, presenta amargor un poco dulce con astringencia, y es de naturaleza caliente y seca en tercer grado. La pulpa del fruto es dulce, pero el hueso es del sabor que hemos dicho.

MOLLE

Fortalece y da calor al vientre superior, estriñe el inferior, y, según dicen algunos, hace las veces del terebinto, en tanto que la semilla hace las veces del cardamomo; evacua la orina, cierra las heridas recientes o inveteradas, detiene el flujo de sangre, cura las hemorroides, alivia a los artríticos, hace desaparecer las nubes de los ojos, quita la flatulencia y fortalece los miembros; seca los cuerpos demasiado fluidos y húmedos, y mezclado a los lavatorios disuelve los edemas; todo esto lo produce más eficazmente el fruto, sea que se aplique exteriormente o que se tome. Afirma también las encías y los dientes y cura las úlceras de la boca. Destila de este árbol una goma calorífica y astringente que, además de ser útil para todo lo dicho, purga disuelta en agua los humores flemáticos y mixtos. Suelen preparar los indios de este fruto, según me dicen, vino, vinagre y miel eficaces para las mismas cosas. Las hojas y los frutos duran todo el año, unos comenzando a nacer, otros creciendo y otros madurando. Es árbol silvestre y no necesita para nacer ningunos cuidados, aunque desde hace tiempo comenzó a ser estimado y admite muy bien el cultivo. Crece en todas partes, sea que se siembre por semilla, por estaca o por planta, pero se desarrolla mejor en las regiones cálidas.

TOMO II. HISTORIA NATURAL DE LA NUEVA ESPAÑA 1