CAPITULO XCVIII

Del ACHÍOTL o medicina buena para teñir

El ACHÍOTL, que los mechoacanenses llaman chacangariqua y a veces pamacua, es un árbol de tamaño, tronco y forma de cidro, con hojas parecidas a las del olmo en figura, aspereza y verdor; la corteza del tronco y de las ramas es por fuera leonada tirando más a verde por dentro, y la madera es blanca y con espinas; echa flores grandes, estrelladas, de cinco hojas, blancas con rojo, y frutos erizados de forma y tamaño de almendras verdes y chicas, con cuatro aristas longitudinales. Cuando están los frutos maduros se abren y dejan ver en su cavidad unos granos con forma como de uvas, completamente rojos, fríos en tercer grado y con alguna sequedad y astringencia. Nace en regiones cálidas, más bien en lugares secos que en los húmedos. Los indios estiman este árbol grandemente, y acostumbran por eso sembrarlo cerca de sus casas. Tiene hojas todo el año y da fruto en primavera, tiempo en que suele también cosecharse. La madera sirve para producir fuego, como el pedernal, frotando un leño con otro; la corteza para tejer cuerdas más fuertes que las de cáñamo; la semilla sirve a los pintores para dar el color escarlata, echándola en agua moderadamente fría; y no es menos útil a los médicos, pues tomada o aplicada calma los ardores de las fiebres, alivia a los disentéricos y hace desaparecer los tumores, por todo lo cual puede mezclarse convenientemente a las epítemas, a las bebidas refrescantes llamadas julepes, y a cualesquiera alimentos o medicamentos refrigerantes. Se agrega al cacáoatl como refrescante y para realzar su color y sabor. Quita el dolor de dientes que proviene de causa cálida, y los afirma; provoca la orina, apaga la sed, y entre cierta gente hace las veces del azafrán. Para preparar el colorante toman los granos ya maduros, los echan en agua caliente, y los agitan continuamente y siempre del mismo modo hasta que casi todo el color ha pasado al agua; lo dejan después asentarse y le dan forma de panecillos, como los del añil o mohuitli que se saca del xiuhquílitl, para usarlos en su oportunidad.

ACHÍOTL

Y es de tal modo tenaz este colorante, que una vez untado apenas podrá quitarse por más fuertemente que se lave, y mezclado con orina es indeleble. Es un poco astringente, de suerte que mezclado con resina cura la sarna y las úlceras; fortalece el estómago, detiene el flujo de vientre, y aumenta la leche mezclado con cáscaras de cacáoatl, al cual vuelve inofensivo cualquiera que sea la cantidad en que se tome, pues suele digerirse con su ayuda sin ninguna molestia. Nace en regiones cálidas como la de Hoitzoco.

TOMO II. HISTORIA NATURAL DE LA NUEVA ESPAÑA 1