IV

MANUSCRITOS INÉDITOS Y PERDIDOS, PERO VISTOS Y ANOTADOS POR OTROS AUTORES


Queda incluido en este apartado un pequeño grupo de obras hernandinas que no han llegado hasta nosotros pero que, sin embargo, fueron vistas por autores posteriores a Hernández que dan noticia de ellas. No todas son completamente aceptables ni atribuibles a Hernández. Una, la n. 34, desde luego nunca ha existido más que en la fantasía y descuido de quien la describe; otra, la n. 35, es probablemente una copia manuscrita y alterada del trabajo de Ximénez. Sin embargo, es preciso recogerlas y anotarlas para acabar con el error frecuente de que sean citadas como existentes y originales.


31. {Traducción española de los libros de Plantas de la Nueva España}

La traducción castellana de la Historia natural de Nueva España, llevada a cabo por el propio Hernández, existió sin género de duda y fue elaborada durante su estancia en México. A partir de la carta enviada a D. Juan de Ovando el 1° de septiembre de 1574, donde dice que todo lo que lleva escrito está “volviéndose en romance y lengua mexicana”,68 todas las demás cartas enviadas hasta el momento de su regreso hablan de esta traducción castellana de la Historia natural, explicando en alguna que traduce en “español (la Historia de las plantas) para el contento de los que gustaren de leerlla ansí más que en latín”.69

Gómez Ortega, al recibir los manuscritos encontrados en el siglo XVII, encuentra parte de esta traducción, pues así lo consigna en el prólogo de la “edición matritense” cuando dice: “En el principio del tomo primero [se refiere a los tomos de manuscritos encontrados] se han agregado en lengua española el primer libro y los primeros quince capítulos del libro segundo de la Historia de las plantas mexicanas”. Decidiendo, según indica, incluirlo en el tomo cuarto de la obra que, como sabemos, no llegó a imprimirse.70

Hoy está completamente ignorado el paradero de estos manuscritos, que no será extraño aparezcan cualquier día, lo mismo que el resto de los que con él formaban los dos tomos últimos de la “edición matritense” y que recientemente fueron encontrados.


32. {Proemio de la Historia Natural de Nueva España dedicado a Felipe II}

En el tan citado prólogo de la “edición matritense” se menciona un proemio inédito dirigido por el autor a Felipe II que iba a ser incluido por Gómez Ortega en el tomo IV de la obra. Es independiente del otro proemio que encabeza las cuestiones estoicas, pues cuando reseña el contenido que tendrá el tomo V habla de que en éste irán las cuestiones estoicas con el proemio a Felipe II y, además, opúsculos filosóficos. Aunque no lo dice taxativamente, se sobreentiende que el proemio de que tratamos estaba destinado a encabezar la Historia natural de Nueva España, y su pérdida es una verdadera desgracia, pues indudablemente contendría datos que serían hoy preciosos para el conocimiento hernandino.


33. {Índice de las plantas y la similitud y propiedad que tienen con las nuestras}

Suponemos que este trabajo, del que Porreño y Sigüenza hablan al referirse a Hernández, es el mismo que describiremos en el n. 42 y del que nos da noticia el propio Hernández en su epistolario. No está citado por ningún otro autor ni él, quien tan prolijo era en describir sus méritos, lo incluye entre sus obras. Tal vez sean los mismos Índices o Elencos que cita Nicolás Antonio,71 recogiéndolos de la Biblioteca Índica de Antonio León.


34. De antiquitatibus Hispaniæ // libri tres, Francisco Hernando // Medico et historico Philippi secundi et lndiarum omnium Medico primario.

Encabezado de la ficha *2474, de la obra Ensayo de una Biblioteca Española, etc... (ob. cit.) de Bartolomé José Gallardo, Tomo III, columna 177.

Desde luego, este libro nunca existió ni fue escrito por Hernández. Nació como consecuencia de un error o descuido de Zarco del Valle y Sancho Rayón cuando arreglaron la obra de Gallardo para publicarla. Al escribir la ficha omitieron la palabra “Novæ”, y de aquí que el trabajo de Hernández dedicado a las Antigüedades de México quedase convertido en un libro de historia de España. Tenemos la prueba en la misma descripción del libro, pues para indicar cómo es la iniciación del manuscrito copia parte del “Prohemium” de las Antigüedades e indica además que el volumen está formado por 169 folios, que es precisamente la extensión del manuscrito de la obra Antiquitatibus Novæ Hispaniæ que hemos descrito con el n. 7. Que el error es de los compiladores se comprueba por el asterisco que antecede a la descripción indicando que se trata de una adición posterior al manuscrito dejado por Gallardo.


35. {Materia medicinal de la Nueva España}

Anastasio Chinchilla, al escribir su Historia de la medicina española (Valencia 1841-46) indicó que poseía un manuscrito original de Hernández. Colmeiro recogió la noticia y la incluyó en su libro. Desde entonces, muchos de los biógrafos de Hernández han señalado la existencia de este manuscrito que hoy no aparece.

Por los propios datos de Chinchilla y Colmeiro sabemos que fue comprado en la venta de libros del médico Luzuriaga y que “no difiere en la esencia de los ‘cuatro libros’ publicados por Ximénez”; de donde suponen tener un mismo origen e incluso ser copia del mismo extracto primitivo. Basta saber que era un extracto y su similitud con el Ximénez para suponer que casi con seguridad era una de las muchas copias del resumen de Recco que tanto rodó en su tiempo de mano en mano. Ahora bien, como Chinchilla describe cuidadosamente el escrito, encontramos que tenía algunas características muy interesantes. Desde luego el cuerpo general del trabajo es, con muy ligeras variantes, análogo al del libro de Ximénez que describimos en el n. 12. Mas, a continuación, el ejemplar del historiador español tenía unas tablas sinópticas cuyos títulos vamos a copiar pues encierran mucho interés. La primera se titulaba: “Tabla de la aplicación de las medicinas contenidas en el libro del protomédico Francisco Hernández a toda diversidad de enfermedades, las cuales van referidas a las tablas del dicho libro por párraphos.”

Explica Chinchilla que su manuscrito tenía una numeración marginal de los capítulos correlativa del 1 al 445, y que en la tabla anterior las enfermedades, colocadas por orden alfabético, eran seguidas de un número que indicaba el capítulo donde se citaba algún elemento para curarlas.

La segunda tabla trataba “de las virtudes y facultades de los medicamentos contenidos en este libro, según las diversas partes del cuerpo”, pero lo más notable de esta tabla es que, según afirma Chinchilla, al final de la tabla y después de un “Laus Deo”, aparecía la firma autógrafa de Hernández.

La tabla tercera se reducía a una lista alfabética de los nombres mexicanos de las plantas y también terminaba con un autógrafo rubricado del propio Hernández, donde decía: “Laus Deo omnipotenti et Virgini sacratissimæ.”

Todavía, asegura Chinchilla que unido al manuscrito de la “Materia medicinal” tenía otro trabajo autógrafo de Hernández, que no ha sido citado por ningún otro autor, ni en la propia obra de Hernández se encuentra ninguna referencia sobre él. No tenía las primeras páginas por lo que no era posible saber cómo se llamaba. Estaba dividido en cinco capítulos: El primero sobre los sabores de las plantas. El segundo titulado “de la diversidad de las plantas del Nuevo Mundo a las naturales del nuestro antiguo, y de la multitud dellas, y por qué no se trata de muchas de ellas en esta obra”. El tercero “en que se ponen las dudas de los que afirman ser inútil y de poco artificio tratar de las plantas, y cuéntase brevemente las causas que hacen engañarse en el conocimiento dellas”. El capítulo cuarto “en que se explican las mudanzas que acontecen en las plantas por razón de las delincaciones y pinturas”, y, finalmente, en el capítulo quinto “en que se trata de los errores que por razón de las facultades acontecen en las plantas”.

Según Chinchilla, los temas enunciados al comienzo de cada capítulo estaban extensamente desarrollados con documentación abundante. Parece indudable su atribución a Hernández, e incluso algunos de los títulos parecen recordar los mismos temas que fueron motivo de trabajos conocidos del protomédico, sobre todo el segundo, que parece relacionarse con El método para conocer las plantas de ambos Orbes (ver n. 52) que escribió en México. Los dos últimos parecen escritos para comunicar su experiencia sobre la manera de dibujar y describir plantas.

Cuando en los últimos años del siglo XVII los intelectuales mexicanos fueron invitados a buscar materiales hernandinos por orden real para ilustrar la edición que preparaba Gómez Ortega (tema del que tratamos extensamente en el capítulo IX de este volumen), el único que contestó haber hallado algo de interés fue Martín de Sessé, quien dijo haber encontrado “un manuscrito de las plantas medicinales... con alguna noticia corta de animales y minerales... que es una traducción literal y en parte abreviada de la obra que se imprimió en Roma”. Por los documentos del expediente de todas estas gestiones sabemos que dicho manuscrito se conservaba en la universidad, de donde lo sacó Sessé mediante un recibo.

En algún momento hemos pensado si tal vez el manuscrito que tenía Luzuriaga y que compró Chinchilla no sería este mismo que encontró Sessé en la universidad mexicana y que, es probable, se llevara a España cuando regresó en 1804, pues en México ya no aparece. No sería difícil que este manuscrito fuera el texto original de la traducción de Ximénez, pues realmente el contenido descrito por Chinchilla y el del libro editado en México son bastante similares.






68 En la carta, también a Ovando, del 1 de diciembre de 1574, repite que el trabajo está “transfiriéndolo en mexicano y en romance”; en la que envía al rey el 20 de marzo de 1575 dice que está “trasladándolo en castellano”; esta misma frase la repite en la carta a Ovando de la misma fecha, y en la del 24 de marzo de 1576, donde escribe que sus libros está “traduciéndolos en castellano”.

69 Carta al rey, del 10 de febrero de 1576.

70 Prólogo de Gómez Ortega en la edición matritense; la traducción insertada pertenece al prólogo traducido de la edición mexicana descrita en el n. 5.

71 Antonio, Bibliotheca Hispana Nova…, p. 432.

TOMO I. VIDA Y OBRA DE OBRA DE FRANCISCO HERNÁNDEZ